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    Animales que Alaban a los Cielos: En Favor de la Hipótesis de un Nexo Egipto-Alejandtrino de la Alabanza a los Cielos en Pereq Shirah (Un Capítulo de los Himnos). Algunos testimonios de los Papiros Mágicos Griegos de Egipto

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    The present study draws attention to some evidence from Egypt’s Greek Magical Papyri, concerning animals giving praise to some deity. In his very important dissertation of 1966, Malachi Beit-Arié suggested that the Hebrew text Pereq Shirah (A Chapter of Hymns), in which animal kinds are listed and each utters some verse from Scripture in praise of Heaven, may have been inspired by Alexandrine ideas that are also in the background of the Phylologus. The Egyptian texts in Greek which I point out appear to make this hypothesis more congent indeed.El presente estudio presta atención a algunos testimonios procedentes de los Papiros Mágicos Griegos de Egipto en relación con animales que alaban a una determinada deidad. Malachi Beit-Arié, en su importantísima Tesis Doctoral de 1966, sugirió que el texto hebreo Pereq Shirah (Un Capítulo de los Himnos), en el que hay una lista de tipos de animales y cada uno se sirve de algunos versos de la Escritura para alabar a los Cielos, debe haberse inspirado en ideas alejandrinas subyacentes en el Physiologus. Los textos egipcios en griego que propongo parecen hacer en realidad más convincente esta hipótesi

    Guest editorial: Marco Somalvico memorial issue

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    Animales Marinos Equivalentes a los de Tierra: Seguimiento de la Idea desde la Antigüedad hasta los Tiempos Modernos

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    The idea that the various species of land-animals have marine equivalents (with some exception: the marten, the fox) is found in the early rabbinic literature, and medieval Jewish texts that depend on it, but Greek, Latin, and Talmudic Aramaic names for fishes patterned after the name for some land-animal clearly show that such an idea was shared in the Graeco-Roman world. We are able to show that this idea was current among Scottish and Icelandic fishermen, as well as in early modern scholarly texts (thus representing elite belief), up to Telliamed, a book first published posthumously in 1748, authored by Benoît de Maillet (1656–1738); an American edition appeared in Baltimore in 1797, apparently upon the initiative of D. Porter, who was affiliated with an observatory. Telliamed proposed a theory, an Origin of Species of sorts that had land-animal develop from supposedly similar aquatic animals, and what is more, Telliamed also was an Origin of Man of sorts, claiming as it did that among humans, different peoples developed polygenetically, separately, from aquatic men, and that more primitive peoples were relatively closer to such origins. (As a precaution, the author had the fictitious Indian philosopher Telliamed expound the theory to a missionary. Being still unconverted, Telliamed could depart from human monogenesis as claimed by the Book of Genesis.) We also show how the idea of parallel land- and marine animals affected medieval art. Strikingly, an image shows Alexander the Great inside a glass barrel, watching underwater a fox and a ruminant, as well as humans, living on the seafloor among trees, while fish swim around. We show how prolific the idea was in Indian art depicting mythical composite animals. Composite animals have even appeared in TV commercials, and a current idea claims that chimaerae originated from finds of mixed fossil bonesLa idea de que las distintas especies de animales de tierra tienen equivalentes marinos (con alguna excepción: la marta, el zorro) se encuentra en la literatura rabínica antigua y en textos judíos medievales que dependen de ella; pero nombres de peces en griego, latiín y arameo talmúdico que siguen la norma de los nombres de animales de tierra muestran claramente que tal idea existió también en el mundo grecorromano. Podemos mostrar que esta idea fue habitual entre los pescadores de Escocia e Islandia, así como en antiguos textos eruditos modernos (que representan así una creencia elitista), hasta el Telliamed, un libro publicado por primera vez con carácter póstumo en 1784, escrito por Benoît de Maillet (1656-1738); una edición americana apareció en Baltimore en 1797, aparentemente por iniciativa de D. Porter, que tuvo que estuvo vinculado a un observatorio. Telliamed propuso una teoría, un Origen de las especies, de especies que tuvieron su desarrollo como animales de tierra a partir de animales de agua similares, y todavía más, Telliamed también fue un Origen del hombre de diferentes especies, afirmando, como hizo, que entre los humanos diferentes pueblos se desarrollaron multigenéticamente, de forma separada, a partir de hombres acuáticos, y que los pueblos más primitivos estaban relativamente más próximos a ese origen. (Por precaución, el autor hizo que el filósofo indio ficticio Telliamed expusiera la teoría a un misionero. Como todavía no se había convertido, Telliamed pudo partir de monogénesis humana, como afirmaba el Libro del Génesis). También mostramos de qué modo la idea de animales de tierra y mar paralelos afectaron al arte medieval. Sorprendentemente, una imagen muestra a Alejandro Magno dentro de un barril de cristal, observando bajo el agua un zorro y un rumiante, así como humanos, que viven en el fondo marino entre árboles, mientras los peces nadan alrededor. Mostramos la productividad que tuvo la idea en el arte indio que pinta animales compuestos. Animales mixtos han aparecido algunas veces en anuncios de televisión y una idea actual afirma que las chimaerae surgieron a partir de hallazgos de huesos fósiles mixtos.&nbsp

    Reflejado en el cielo, Segunda Parte: (a) Evidencia de Ovidio a propósito de un motivo, compartido por Roma y Jerusalén, sobre los rasgos materiales de la Metrópolis del Pueblo Elegido reflejada en una constelación celeste; (b) la creencia de que las manc

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    This is Part Two of a study in whose Part One, we considered how Isaiah 49:16 (Jerusalem’s walls being engraved as though on the palms of the hands of God in the sense that Jerusalem is always remembered by Him) was interpreted (as shown by Wiesenberg) by early medieval exegesis, and arguably also by Isaiah, in relation to the W shape of the constellation Cassiopeia (cf. al-Kaff ‘the hand palm’ in Arabic). It is the same shape of the proto-Hebrew initial letter of Shalem, Jerusalem’s old name. Here in Part Two, we consider a parallel from ancient Rome, this time in relation to another constellation, the Pleiades. The traditional date, April the 21st, of the founding of Rome, corresponds to the rise of the Zodiac sign Taurus, and the rise of the Pleiades (seven as the canonical Seven Hills of Rome, even though these were not the same as Rome’s hills at her earliest beginnings). The Servian Wall was probably so designed as to enclose seven hills corresponding to the Pleiades. Maia in particular was the same as the Roman goddess Bona Dea, but their being identical was a well-kept secret. Maia was Rome’s secret name. Ovid, Vinci and Maiuri have argued, was punished with exile while he was busy writing Book Six of the Fasti, because in Book Five (about the month of May) he broke a taboo, and mentioned the  Pleiades and especially Maia in connection to the foundation of Rome. This insight enables a better understanding of the episode of Publius Clodius Pulcher’s cross-dressing at a ceremony for women alone, which caused the pontifex maximus, Julius Caesar, to repudiate Pompea, his wife. We propose that there was in antiquity a motif by which, a people would consider its metropolis (its orography in the case of Rome, the city walls in Jerusalem’s) as being reflected in heaven in a constellation. This was comforting, as the eternal city would endure as long as the  irmament. The motif of a city having seven hills was also applied to cities including Constantinople and Jerusalem. We consider how the rabbinic homiletic work Pirqe de-Rabbi Eliezer, when it describes Jonah sightseeing underwater, refers to Jerusalem standing on seven hills. A Roman bronze liver has on it a map of heaven. Features of the Earth were believed to be reflected in heaven in the lunar mirror hypothesis: the spots of the Moon were believed by some (Plutarchreferred to Clearchus), to be reflections of Earth’s lands, and, as Philip Stooke has cogently shown, this influenced medieval mapmaking in the Islamic world: the southern tip of Africa was drawn with a bifurcated contour because of a feature of spots on the face of the Moon. Esta es la segunda parte de un estudio en cuya primera parte hemos considerado cómo Isaiah 49:16 (que los muros de Jerusalén están grabados como si estuvieran en las palmas de las manos de Dios, en el sentido de que siempre es recordada por Él) fue interpretado (como muestra Wiesenberg) por la exégesis medieval, y discutiblemente también por Isaías, en relación con la forma en W de la constelación de Casiopea (cf. al-Kaff ‘la palma de la mano’ in árabe). Es lamisma figura de la letra inicial proto-hebrea de Shalem, nombre antiguo de Jerusalén. Aquí, en la Parte Segunda, tenemos en cuenta un paralelo de la antigua Roma, en esta ocasión a propósito de otra constelación, las Pléyades. La fecha tradicional, el 21 de abril, de la fundación de Roma, corresponde a la ascensión del signo zodiacal Tauro, y la aparición de las Pléyades (siete como las Siete Colinas canónicas de Roma, aunque estas no fueron las mismas que las colinas de Roma en sus comienzos más antiguos). Los muros de Servio fueron probablemente diseñados para rodear siete colinas que correspondían a las Pléyades. Maya en particular fue la misma que la diosa romana Bona Dea, su ser idéntico fue un secreto bien guardado. Maia era el nombre secreto de Roma. Ovidio, como han defendido Vinci y Maiuri, fue castigado con el exilio mientras estaba ocupado en escribir el libro VI de los Fastos, porque en el libro V (sobre el mes de mayo) rompió un tabú, y mencionó las Pléyades y especialmente a Maya en conexión con la fundación de Roma. Esta visión permite entender mejor el episodio de travestismo de Publio Clodio Pulcher en una ceremonia solo para mujeres, que llevó al pontifex maximus, Julio César, a repudiar a su esposaPompea. Proponemos que aquí hubo en la antigüedad un motivo por el que un pueblo consideraría que su metrópolis (su orografía en el caso de Roma, los muros de la ciudad en el de Jerusalén) se reflejaba en el cielo en una constelación. Esto era reconfortante, en cuanto que la ciudad eterna duraría tanto como el firmamento. El motivo de una ciudad con siete colinas fue aplicado también a otras ciudades, incluyendo Constantinopla y Jerusalén. Analizamos cómo la obra homilética rabina Pirqe de-Rabbi Eliezer, cuando describe la estancia de Jonás bajo las aguas, refiere que Jerusalén está sobre siete colinas. Un hígado de bronce romano tiene en él un mapa del cielo. Elementos de la tierra se creía que estaban reflejados en el cielo en la hipótesis del espejo lunar: las manchas de la luna creían algunos (Plutarco lo atribuía a Clearco) que eran reflejos de países de la tierra, y, como Philip Stooke ha mostrado convincentemente, esto influyó la cartografía en el mundo islámico: la punta sur de África se dibujaba con un contorno bifurcado debido a un rasgo de las manchas de la cara de la luna

    Reflejado en el Cielo: Evidencia Bíblica y Romana de un Motivo Compartido en la Antigüedad, sobre los Rasgos Materiales de la Metrópolis del Pueblo Elegido Reflejada en una Constelación Celeste. Primera Parte: Cassiopeia en Isaiah 49:16; la Jerusalén Cele

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    Hypotheses from the scholarly literature concerning separate textual items — namely, the early medieval rabbinic (and in 1982, Wiesenberg’s) interpretation of Jerusalem’s walls being engraved as though on the palms of the hands of God in the sense that Jerusalem is always remembered by Him (Isaiah 49:16) in relation to the constellation of Cassiopeia (cf. al-Kaff ‘the hand palm’ in Arabic); and Vinci and Maiuri’s proposal that the ascription of only seven hills to Rome within the Servian Wall, and the very plan of those walls, were intended for them to correspond to both the number of stars in the Pleiades, and the layout of respectively those hills and stars, with the Palatine hill corresponding to the star Maia (whose name was tabooised, under the death penalty, in the context of reference to the foundation of Rome) — are brought together here and in Part Two. We propose that there was in antiquity a motif by which, a people would consider its metropolis (its orography in the case of Rome, the city walls in Jerusalem’s) as being reflected in heaven in a constellation. This was comforting,as the eternal city would endure as long as the firmament (a biblical expression indeed). Cf. the motif of the heavenly Jerusalem corresponding to the earthly Jerusalem, and besides, the motif of a city having seven hills (e.g., Constantinople and Jerusalem) is staggeringly widespread, mostly (probably exclusively) because of Rome’s Seven Hills. The lunar mirror hypothesis is a different manner in which reflection of features of the Earth were believed to be reflected in heaven: hence (see Pert Two), a mapmaker drew the southern tip of Africa with a bifurcated contour because of a feature of moon spots. In Part One, we also discuss Cassiopeia in relation to Andromeda, herself a character sometimes related to the Queen of Sheba (herself related to the demoness Onoskelis). Andromeda in Heliodorus’ Aethiopica, in a genetic aetiology, apparently influenced a rabbinic tale.Hipótesis de la literatura culta referidas a temas textuales concretos — en particular la interpretación rabínica en el medievo temprano (y en 1982, de Wiesenberg) de los muros de Jerusalén como si estuvieran grabados en las palmas de las manos de Dios, en el sentido de que Jerusalén siempre está en Su pensamiento (Isaías 49:16) en relación con la constelación de Casiopea (cf. al-Kaff ‘la palma de la mano’ en árabe); y la propuesta de Vinci y Maiuri de que la adscripción de solamente siete colinas en Roma dentro del muro servio y el verdadero plan de estos muros fueron entendidos por ellos como respondiendo al número de estrellas de las Pléyades, así como la disposición respectivamente de estas colinas y las estrellas, con la colina del Palatino coincidiendo con la estrella Maya (cuyo nombre se convirtió en un tabú, bajo pena de muerte, en el contexto de referencia a la fundación de Roma) — se analizan en conjunto aquí y en una Segunda Parte. Observamos que a propósito de esto en la Antigüedad hubo algún motivo por el que un pueblo debió considerar que su metrópolis (su orografía en el caso de Roma y los muros de la ciudad en el de Jerusalén) estaría reflejada en los cielos en una constelación. Esta idea fue reconfortante, encuanto que la ciudad eterna duraría tanto como el firmamento (de hecho una expresión bíblica). Cf. el motivo de la Jerusalén celeste que corresponde a la Jerusalén terrenal; y al lado, el motivo de una ciudad con siete colinas (p.ej., Constantinopla y Jerusalén) desarrollado de modo sorprendente, sobre todo (tal vez exclusivamente) por causa de las siete colinas de Roma. La hipótesis del espejo lunar es una cuestión diferente, en que se creían reflejados en el cielo elementos de la Tierra: aquí (véase la Parte Segunda) un cartógrafo dibujó la punta sur de África con un contorno bifurcado debido a una particularidad de las manchas lunares. En esta Primera Parte discutimos también el motivo de Casiopea en relación con Andrómeda, ella misma un personaje a veces relacionado con la Reina de Saba (que por su parte tiene que ver con la diablesa Onoskelis). Andrómeda en las Etiópicas de Heliodoro, en una etiología genética, influyó al parecer en un cuento rabínico

    Prolonged survival of a patient with active MDR-TB HIV co-morbidity: insights from a Mycobacterium tuberculosis strain with a unique genomic deletion

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    Coinfection of HIV and multidrug-resistant tuberculosis (MDR-TB) presents significant challenges in terms of the treatment and prognosis of tuberculosis, leading to complexities in managing the disease and impacting the overall outcome for TB patients. This study presents a remarkable case of a patient with MDR-TB and HIV coinfection who survived for over 8 years, despite poor treatment adherence and comorbidities. Whole genome sequencing (WGS) of the infecting Mycobacterium tuberculosis (Mtb) strain revealed a unique genomic deletion, spanning 18 genes, including key genes involved in hypoxia response, intracellular survival, immunodominant antigens, and dormancy. This deletion, that we have called “Del-X,” potentially exerts a profound influence on the bacterial physiology and its virulence. Only few similar deletions were detected in other non-related Mtb genomes worldwide. In vivo evolution analysis identified drug resistance and metabolic adaptation mutations and their temporal dynamics during the patient’s treatment course
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